Cuando me planteé descubrir y visitar por primera vez el sudeste asiático, nunca pensé que empezaría por un país tan remotamente lejano y distante a nuestra cultura occidental como Vietnam. Tal vez Tailandia hubiera sido el destino más lógico para aterrizar por primera vez en esta sorprendente región del planeta; sin embargo, mi espíritu aventurero volvió a apoderarse de mi cabeza y me llevó de lleno a un país mucho más salvaje y menos industrializado que el antiguo reino Siam. Y es que si hay un calificativo que resume mi experiencia en el país vietnamita es ¡¡sorprendente!!
Pero esto no es un blog de viajes, y aunque me gustaría contaros con todo detalle todo lo que vimos y experimentamos en este mágico destino, lo haré desde un punto de vista diferente; el que me aportó mi inseparable compañera de viaje: la mochila táctica MIL-TEC US Assault.
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Mochila Mil-Tec con todo el material que llevábamos durante el viaje[/caption]
Mientras preparaba mi viaje me asaltó la duda de qué equipaje de mano llevarme a las húmedas tierras de Indochina. Tenía una antigua mochila que ya me había acompañado en anteriores experiencias, pero estaba seguro de que no soportaría el “tute” que le iba a dar en Vietnam. Así que empecé a buscar otras opciones, tanto por Internet como en diferentes tiendas físicas de mi ciudad. Al final encontré una mochila que tenía muy buen aspecto y que me convenció, tanto por su precio como por sus prestaciones. La elección fue la mochila Mil-Tec US Assault de 36 Litros en color negro.
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Mochila Mil-Tec en la ciudad prohibida de Hue (Vietnam)[/caption]
Lo primero que me llamó la atención de esta mochila es su diseño, inspirado en la uniformidad militar y recubierta con todo tipo de anclajes MOLLE. Además, según me asesoraron en la tienda Blackrecon.com era una mochila que estaba dando un excelente rendimiento, y que, aunque existe otro modelo con 50 litros de capacidad, la mochila de 36 litros encajaría perfecto en lo que yo estaba buscando: un equipaje de mano para portar la cámara de fotos, el teléfono móvil, la documentación personal, algo de dinero, y demás objetos importantes para el viaje.
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Surcando el delta del Mekong con la mochila en la proa[/caption]
Así al que al final me decanté por este modelo y lo pedí online. Lo pagué con mi tarjeta VISA y en 24 horas tenía la mochila en mi casa. La primera impresión fue mi positiva. Me gustó la calidad de los cosidos, de los materiales, y sobre todo, los múltiples bolsillos con los que cuenta, tanto externos como internos. A destacar que todos los bolsillos exteriores, en total 4, disponen de doble cremallera, lo que se agradece para facilitar su apertura y cerrado.
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La mochila táctica Mil-Tec también se paseó por los templos de Angkor (Camboya)[/caption]
El día antes de iniciar mi viaje, y con la maleta ya cerrada, me dispuse a colocar todo lo que tenía previsto en mi mochila Mil-Tec de 36 litros. Y, sorprendentemente, al final me entraron más cosas de las que podía imaginarme. De hecho, esto es más o menos lo que me llevé como equipaje de mano para soportar las más de 12 horas de vuelo que me separaban de Vietnam: dos cámaras fotográficas (una réflex y una digital compacta), un iPad para ver películas y leer algún libro, un iPod para escuchar música, una cartera con toda la documentación necesaria para el viaje (pasaportes, billetes de avión, tarjeta de crédito, tarjetas sanitarias, dinero en metálico…), unos calcetines y una pequeña chaqueta para soportar el aire acondicionado del vuelo, una guía de viajes sobre Vietnam y Camboya, un paquete de pañuelos de papel, otro de toallitas higiénicas, un spray repelente anti mosquitos, etc. ¡¡Y todo cabía perfectamente en la mochila!!
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Con la Mil-Tec US Assault siempre a la espalda[/caption]
Con ella a la espalda me embarqué en este inolvidable viaje y junto a ella recorrí las principales ciudades de Vietnam, como Hanoi, Hoi An, Hue o Ho Chi Minh City (antigua Saigón), surqué las fértiles aguas del delta del río Mekong, e incluso me aventuré en un mágico crucero por la bahía de Halong. Con la mochila Mil-Tec US Assault también crucé en lancha la frontera entre Vietnam y Camboya, paseé por las calles de Phnom Penh, la capital camboyana y descubrí los templos de Angkor, rodeados durante más de cuatrocientos años de una espesa y frondosa jungla.
Ya de regreso a España, puedo asegurar que este viaje ha sido uno de los más bonitos y enriquecedores de mi vida. Y estoy convencido de que la mochila Mil-Tec, que tan buen rendimiento me ha dado, ha ayudado sin duda a que mi experiencia haya sido todavía más positiva.
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