Cómo mantener tu Armero Homologado como Nuevo

El armero es una pieza de equipo vital para cualquier aficionado a las armas. Si encima es español, se convierte en algo vital, puesto que la legislación del país es clara en este tema: si tenemos armas, debemos tener una armero registrado, y no cualquiera, puesto que debe ser una armero homologado. Hoy, queremos daros unos consejos que os permitan tener vuestro armero homologado como el primer día que entró en vuestra casa, algo que requiere esfuerzo, constancia y algunas herramientas que os detallamos en 5 pasos:

  1. Emplazar un deshumificador en su interior. Ya tenemos nuestro magnífico armero de seguridad. Solo nos queda organizar nuestras armas y salir de cacería/tiro. Pero hay un detalle que debemos cubrir antes de que una de nuestras armas salga del armero homologado: adquirir y colocar un deshumificador. La humedad es el némesis de cualquier armero. Un nivel no controlado de esta inclemencia y la pieza entera puede dar al traste. Gracias al deshumificador, podremos controlar los niveles del interior, manteniendo un control constante del nivel de vida de este, puesto que una vez absorbe demasiado, deja de tener vida útil. En cuestiones de deshumificadores, está el saquete clásico y modernos aparatos que harán nuestra vida más sencilla, sin olvidarnos nunca del mantenimiento.
  2. Medir periódicamente la humedad. No vale solo con deshumidificar el armero de seguridad, puesto que la humedad no es un valor constante. Lo que en verano puede ser una labor mensual, en primavera puede duplicarse por un mayor nivel de humedad. Por esto, es básico que mantengamos un control del nivel de humedad con un higrómetro, que va desde el modelo clásico hasta los higrómetros digitales que nos avisarán mediante alarma sonora cuando el nivel sobrepase los límites aceptables.
  3. Evitar golpes y arañazos. Seamos claros, la torpeza o los accidentes son algo que muchas veces no se pueden evitar. Es cierto que el armero está diseñado para resistir este tipo de cosas, pero mejor no ponerlo a prueba. Y claro, el armero de seguridad es una pieza que suele colocarse en una habitación en la que la luz no incida directamente en él. Para evitar accidentes innecesarios, qué mejor que incorporar una luz led en el interior. Así. podremos trabajar tranquilos, sin riesgo de problemas derivados de la falta de luz.
  4. Reparar arañazos. En caso de que hayamos dañado el armero homologado, debemos tomar medidas, puesto que un arañazo sin tratar puede ser atacado por la humedad y lo que era una pequeña muesca puede ir extendiéndose hasta dañar las propiedades de nuestro contenedor. Para evitar esto podemos adquirir pintura de imprimación, un producto que se vende en tiendas de pintura especializadas y que ayudará a reparar esos pequeños arañazos.
  5. Aceitar el exterior/interior y las bisagras. Como cualquier producto expuesto a las inclemencias, una buena capa de aceite antihumedad/óxido te ayudará a mantener el brillo de tu pieza. Si aplicas con un paño, una vez cada dos meses, una capa de aceite, y te esmeras en bisagras y esquinas, garantizarás que las funciones del armero nos se vean mermadas, aparte de mantener un exterior digno del primer día.

¿Te han servido nuestros consejos? ¿Tendrás excusa la próxima vez que compres un armero porque el anterior se te ha oxidado? Sigue estos consejos y podrás disfrutar de tu armero mucho tiempo.